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viernes, noviembre 03, 2006

Sobre encuestas y encuestadoras...

(Artículo inserto en la revista "Finanzas y Desarrollo" -Junio 2006- del Banco Mundial, el mismo que por su enfoque y claridad expositiva, me releva de mayores comentarios. Su inclusión, desde luego, tiene como finalidad que su lectura -y crítica- esclarezca sobre un tema bastante recurrente: la construcción de opinión a partir de encuestas "discrecionales" o por demanda. Y por lo tanto, no necesariamente transparentes...)


Atención a los datos

Con más frecuencia de lo que imaginamos, los datos utilizados por los economistas provienen de encuestas. Aparte de las variables sobre instituciones, servicios públicos y corrupción, incluso las estadísticas objetivas como la inflación, el PIB, los sueldos y los impuestos a menudo se derivan de encuestas, sobre todo en los países en desarrollo.

Por lo tanto, en la medida en que los economistas se preocupan por los errores de medición, también deberían prestar atención a la forma en que se recopilan los datos y lo que representan, según el nuevo libro de Giuseppe Iarossi, The Power of Survey Design. Cuando la misma variable utilizada en los análisis proviene de distintas fuentes, es preciso tener en cuenta los diferentes métodos de recopilación de datos.

Sabemos que en las encuestas se utilizan preguntas para recopilar datos. También sabemos que la forma en que se plantea la pregunta influirá en la respuesta. Pero no sabemos exactamente cuál es la magnitud de este efecto. Creemos que es pequeña (y quizás esperamos que lo sea), pero ¿se justifica esperar esto?.

Hace 30 años, se mostró a un grupo de estudiantes un cortometraje en el que se veía un accidente de dos coches. Se dividió luego a los estudiantes en dos grupos. A los del primero se les preguntó: ¿Vio usted el semáforo roto? Y a los del segundo: ¿Vio usted un semáforo roto?.

Al cambiar una sola palabra, “el” por “un”, en la misma pregunta, cambiaron las respuestas en un sorprendente 31%.


En varios estudios se ha demostrado que hay muchas formas de influir en los encuestados, con frecuencia demasiado sutiles como para que puedan percibirse. Es fácil suponer que los resultados serán distintos si se utiliza la palabra "incentivos fiscales" o "subsidios". Pero, ¿supondríamos que el orden en que se presentan las diferentes opciones podría influir en las respuestas? Probablemente no, pero sí influye.

Independientemente de la redacción de la pregunta, los métodos de encuesta que podrían influir en los datos recopilados, como utilizar o no a un oficial público como encuestador, se conocen como efectos fijos de las encuestas. Según Iarossi, no tener en cuenta estos efectos puede sesgar los resultados.